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Cerezas en Aguardiente

8,60

Siempre envasamos cerezas de la variedad “Francesa o Napoleón”, que fué la que caracterizó la bien merecida fama de las cerezas del Bierzo. Compramos la mejor, seleccionada.

Una vez pesadas, se lavan con abundante agua, se les corta el rabo una a una a mano, se seleccionan y van echando en los tarros de cristal, los cuales previamente tienen que contener los ingredientes naturales: azúcar, canela, café, hierbabuena y anís estrellado.

Una vez lleno cada tarro se le añade, hasta que rebose, aguardiente de 50º, y por último lo tapamos. Debemos dejarlas en reposo en el propio tarro durante un tiempo no inferior a un año. En este tiempo de maceración es cuando se produce la simbiosis en la que el aguardiente adquiere la esencia de las cerezas y éstas asumen el alcohol del aguardiente, de ahí el que las cerezas tengan ese sabor tan peculiar y el aguardiente se pueda beber sin molestar.

Todo este proceso, es el que siempre se usó en Cacabelos para guardar las cerezas que no se podían vender o que simplemente sobraban, así se iban consumiendo a lo largo del tiempo. De paso servían como tonificante cuando alguien de la familia o algún invitado se sentía indispuesto con dolor de barriga: una copita y quedaba listo para seguir trabajando o seguir divirtiéndose de una manera natural.

Presentación: 350 gramos.

Siempre envasamos cerezas de la variedad "Francesa o Napoleón", que fué la que caracterizó la bien merecida fama de las cerezas del Bierzo. Compramos la mejor, seleccionada.

Una vez pesadas, se lavan con abundante agua, se les corta el rabo una a una a mano, se seleccionan y van echando en los tarros de cristal, los cuales previamente tienen que contener los ingredientes naturales: azúcar, canela, café, hierbabuena y anís estrellado.

Una vez lleno cada tarro se le añade, hasta que rebose, aguardiente de 50º, y por último lo tapamos. Debemos dejarlas en reposo en el propio tarro durante un tiempo no inferior a un año. En este tiempo de maceración es cuando se produce la simbiosis en la que el aguardiente adquiere la esencia de las cerezas y éstas asumen el alcohol del aguardiente, de ahí el que las cerezas tengan ese sabor tan peculiar y el aguardiente se pueda beber sin molestar.

Todo este proceso, es el que siempre se usó en Cacabelos para guardar las cerezas que no se podían vender o que simplemente sobraban, así se iban consumiendo a lo largo del tiempo. De paso servían como tonificante cuando alguien de la familia o algún invitado se sentía indispuesto con dolor de barriga: una copita y quedaba listo para seguir trabajando o seguir divirtiéndose de una manera natural.

Presentación: 350 gramos.

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